Valencia, diciembre de 1982.
Fotografié al escritor de Castalla, el autor de Rondalles, en unos jardines muy próximos a su casa de la calle Martínez Aloy de Valencia, donde residía muy modestamente. Era diciembre de 1982 y, como en tantas ocasiones, había acudido a la vivienda en mi condición de redactor gráfico, dispuesto a trabajar con lo que la realidad más inmediata me ofreciera. Y lo que me ofreció para ese retrato era un apartamento ubicado en una primera planta y que resultaba bastante oscuro. Por eso no me quedó más remedio que invitar al lingüista a salir al exterior para poder trabajar con más luz. Ante mi propuesta, el intelectual hizo su gesto habitual de tomar su sombrero, ese que utilizaba siempre y que ha terminado por ser emblemático.
La fotografía se publicó por primera vez en la revista Generalitat; concretamente en el número de febrero de 1983. Desde entonces se ha repetido con insistencia hasta llegar a convertirse en la imagen más reconocible del gran escritor.